jueves, 3 de febrero de 2011

Del enfado al desenfado

Os pido a quienes leáis esto que por favor no os alarméis, y que tengáis paciencia, que los primero párrafos son algo fuertes pero veréis que encajan en un contexto más amplio.

Hoy, estoy de mal humor. No, no es que me haya levantado con el pie izquierdo ni que alguien me haya echado una maldición, o que tenga exámenes y me moleste. No digo que no sean razones suficientes, pero no es el caso, hoy estoy de mal humor por muchas otras cosas. Y me molesta. No me gusta estar enfadado, y espero que no sea al único. 

 Pero es que… A veces aguantamos demasiada maldad por parte de algunas personas, y aunque hayamos construido el mejor castillo como defensa ante esa maldad e injusticia que hay en el mundo… En algún momento las murallas ceden, los soldados se rinden y te hundes en la miseria. Pero lo peor llega cuando te enteras de que tienes infiltrados del enemigo en tu propia defensa. Hacen que los tuyos cedan, y te hundes todavía más, y mientras te hundes ves cómo no puedes hacer nada, porque no crees que esas medidas contra el enemigo estén bien.

 Eso es lo que me pasa a mí. Tengo un pequeño defecto que es que no aguanto mucho enfadado y luego no reclamo lo que debería, porque… sinceramente no me sale, y ojalá me saliera en ciertas ocasiones en las que no me vendría mal tener esa capacidad para mantener un argumento de forma sólida, pero no suelo tener esa capacidad… Excepto en alguna ocasión que ya se sobra, que ahí tengo todas las de ganar. 

No me hago la víctima, no pretendo dar pena, quiero poder escribir esto y quitármelo de la cabeza, porque es la única manera que tengo de hacerlo sin hacer daño a nadie… Porque como se suele decir: “hay que perdonar”, no hay que pensar que las cosas que hacen los demás son premeditadas… Pero cuesta tanto en algunos momentos… En momentos de enfado como este pienso que el odio no es malo, odiar ya es otra cosa, pero tener un odio dentro si es justificado es bueno para poder ser fuerte, enfrentarse y ganar batallas ante quien se oponga. 

No me sirve ya la idea de que a todo cerdo le llega su San Martín, o que el tiempo pone a cada uno en su sitio… Porque no es justo aun así, no hay derecho. Nadie está capacitado para hacer daño a los demás, y menos continuadamente y sin ningún tipo de reparo. Y no lo entiendo… No entiendo cómo hay personas capaces de pasarse por donde les apetezca las buenas formas de los demás, la intención de no meter baza o cualquier otro signo de paz. El mundo está lleno de gente mala, enmascarada en sonrisas y buenas formas falsas. Yo no apruebo que la gente sea falsa con nadie, entiendo el saludar por compromiso, pero si realmente odias a alguien… Ni le saludes. No quiero fomentar odio ni nada por el estilo, pero estoy tan harto… 

Todos valemos demasiado como para que nadie se crea con el poder de herirnos, y esto lo digo muy enserio, los amigos tampoco tienen ese permiso. Está bien, pueden tener un día malo y enfadarse y decir algo que no deban, pero lo lógico y lo más obvio es pedir perdón casi al momento. Si no, yo dudaría de la amistad de esa persona, y seriamente. 

Ya se me ha pasado… ¿Y qué me queda en el cuerpo? Pena, tristeza y más decepción si cabe… No me retracto de las palabras que he dicho, porque son mi forma de soltar el cabreo de encima, y bien es cierto que jamás desearé mal a nadie, no utilizaré mi odio o ira contra quien sea, por mucho daño que me haya podido hacer, pero… ¿Qué lleva a una persona a traicionar? Aun cuando una amistad termina… Es importante saber guardar un buen recuerdo y tratar de que todos esos temas privados entre amigos queden ahí… Porque no es de dominio público, y si lo crees así, mal encaminado vas. 

Otro pilar importante son los amigos de verdad. Es una especie en peligro de extinción pero que sigue existiendo y son lo mejor que puede existir en este mundo. No toda la gente del mundo es mala, y por suerte hay gente tan buena que consigue eclipsar toda la maldad de esa otra gente. Y son un verdadero santuario de alegría y bondad.

Hay un dicho que dice “no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”… Ahora dime, ¿cuántas veces te hubiera gustado hacer a los demás el daño que te han hecho? No me creo que ninguna, a pesar de que luego en tu corazón reine la lógica, la conciencia y los valores y no lo quieras hacer. Es lo normal, en nuestra naturaleza está el querer justicia. Pero no lo voy a negar, no podemos tomarnos la justicia por nuestra mano por mucho que nos duela, y ahí también entono yo el mea culpa. 

Esto es todo por hoy. Espero no haber alarmado a nadie… 

Besos, abrazos y saludos.

                                                                                    Juan Lasheras Cuenca


P.D.: no os dejéis pisotear por nadie, por favor, no creáis que no merecéis un respeto como todo el mundo, y no tiréis la toalla ante lo que no creéis justo, tened por seguro que saldréis ilesos y que… Si bien es cierto que he dicho que la afirmación de que el tiempo pone a cada uno en su sitio es absurda… No lo es tanto, si esperáis pacientes… Todo se revela tal y como es, y quien salga mal parado lo hará de forma justa.

“Y le pido a Dios” de Kiko y Sara. (la canción está bien por la letra, no es que sean precisamente muy buenos los cantantes pero… lo importante es escuchar con atención

No hay comentarios:

Publicar un comentario